lunes, 22 de marzo de 2010

QUERÍA, PERO NO ME DEJÉ!!!


De mayor, quería ser mujer florero…quería, pero no me dejé!!!! A los 20 quería casarme con mi novio, ese de la primera ilusión, el de los ojos verdes y el amor bonito, pero desde entonces ya era semilla de lo que soy. Ya tenía mi eterna impaciencia como manía persecutoria, y ese no callarme nada  que tantas cosas buenas y malas me ha traído en esta vida.

Por entonces ya leía como posesa, por obligación al principio, como ideología y gusto después. Comencé a escaparme a mundos de palabras, a esos que la lectura me permitía acceder, donde era heroína, princesa rescatada, centro de atención, centro de miradas, centro y ombligo de todo, amante idolatrada, mala malísima, protagonista eterna… para bien o para mal. Y zasss de bruces con la vida, porque resulta que en este mundo, una no es la protagonista de todo. Eres protagonista eterna de tu existencia, pero todos nos giran en torno a  ella.

Como protagonista de esta existencia: leo, viajo, soy hija, hermana y amiga para lo que sea y para siempre, creo, me ilusiono y apasiono a velocidades insospechadas, escribo, suspiro, como y bebo sin restricciones… y opino, opino y opino. Opino hasta la saciedad, sin que me pregunten y sin excusas. Le busco explicación a todo y me obstino en que las cosas sean como yo quiero que sean, sin darme cuenta que las cosas son… y son y existen  sin que sean como yo quiero. Además tengo esa otra convicción de creer que todo el mundo es bueno hasta que demuestre lo contrario, en vez de creerlo al revés para ser más realista en estos tiempos.

Quería callarme más y sólo sonreír, quería ser dócil y cariñosa perpetuamente, pero no sabía hacerlo… y siempre esa manía de esperar para ya y a mi manera, y del QUEEE?????????? seguido de la explosión de sinceridad posterior. Todo ello sazonado con un orgullo de para eso me dio Dios esta boca…muchas veces hubiera estado mejor callada.

Después llegaron Foucault, Derrida, Barthes, Kristeva, Benjamin, Nietzsche y hasta  Freud; y la identidad, la actitud militante, la construcción como género y bla,bla,bla. Todo eso a la licuadora cultural con Delia Fiallo, Cosmopolitan y Vogue, con Jane Austen y Jean Luc Godard, con Sandra Bullock, Julia Roberts, Neruda y Benedetti, y todo lo que sé Y SOBRE TODO LO QUE NO SÉ, NI SABRÉ. Qué difícil es clasificar  y sectorizar el pensamiento, la teoría y no mezclarlo con la vida misma…o sí, pero hacerlo sin obsesiones y sin volverlo una ensalada cultural y mental de mucho cuidado.

Y bueno no me dejé, pero a lo mejor algún día me dejo, o me invento un tipo nuevo, digo un tipo de pensar y ser, porque los absolutos no existen, y me niego a creer en la mujer florero absoluta (que su inteligencia debe tener para poder serlo) y en la mujer que no se calla nunca absoluta (tan bruta a veces)… tendrá que existir un intermedio digo yo.

2 comentarios:

Vane G. dijo...

Excelente, amiga!
Creo que es una labor ardua y que nunca termina, esa de hallar el punto intermedio entre esas dos mujeres. Lo importante es no dejar de ser ninguna de las dos para satisfacer a nadie!
I'm so proud of you, my friend!!!
Te quiero.

Anuar dijo...

Excelente pensamiento... eres ya un ser distinto, porque piensas diferente a muchos...