sábado, 30 de enero de 2010

AMIGAS Y HERMANAS o LA AMISTAD Y BELLEZA A LOS TREINTA

Dios me ha bendecido con dos hermanas de sangre que son hermosas, inteligentes y maravillosas, las mejores hermanas que se puede tener, pero La Vida no conforme con eso me ha cruzado en mi camino con otras hermanas, las que uno escoge: las amigas. Tengo amigas de toda la vida, del colegio, de la universidad, de los lugares en que he vivido, del trabajo, etc, cada una con un lugar muy especial en mi corazón. Las hay, que han pasado fugazmente justo en el momento que debían hacerlo y han desaparecido, las que he reencontrado después de muchos años y las que siempre están y estarán allí.

Cuando veo a mis amigas y hermanas: guapas, nobles, profesionales, madres, esposas, solteras, divorciadas, valientes y exitosas me pregunto qué hice yo para merecer el placer y honor de que ellas formen parte de mi historia. Aunque también creo que uno atrae la buena vibra si uno la tiene y que si uno se porta bien en la vida y va sin fastidiar a la gente, pues eso trae consecuencias. Mi consecuencia; estas maravillosas mujeres que inundan mi vida, que la desbordan, alimentan y la hacen más feliz y llevadera. Una vez leí de un crítico, que muchas veces el reto de la escritura está en plasmar con palabras lo inenarrable, él se refería al horror del holocausto, y por supuesto que esto no se compara con esa circunstancia. Sin embargo, a mí también me cuesta encontrar las palabras para expresar mi agradecimiento a estos seres especiales que comparten o han compartido en un momento mi existencia.

Muchos dicen que la amistad verdadera entre las mujeres no existe. Yo sólo puedo decirles: pobrecillos, nunca se han topado con mis amigas. Obviamente, las amigas no son perfectas, si lo fueran no serían humanas, y las mías son muy humanas, jejeje. Pero sus errores no son nada comparado con lo maravillosas que son. Que puedo decir, si me aguantan a mí que soy más humana que nadie.

Casi todas ellas son, lógicamente, de mi edad, están en los 30. Y eso me lleva al otro tema que quería tratar aquí. Días antes de cumplir los treinta años, me atacó una especie de angustia. Pensé que me iba a volver loca como el capítulo en que Ally McBeal cumple treinta, jajaja, pero resulta que no, los treinta han resultado MARAVILLOSOS. Desde que cumplí treinta he vivido en 2 continentes, he estudiado más, trabajado más, conocido gente maravillosa, me he reencontrado con otras que no veía desde hace dieciocho, veinte años, he viajado más. De verdad todo ha sido MÁSSSSSS. A los treinta uno tiene más seguridad, se tiene más armas con que enfrentar la vida, sé es más sabio también. Aunque todo eso no evita que te sigas equivocando, porque eso es algo que también se entiende en los treinta: la vida consiste en muchas cosas y sobre todo en equivocarse. Ése era otro de “los más”, a mis treinta me he equivocado más, jajaja, pero eso me hace quien soy, y la verdad que con mis defectos y virtudes, me gusto mucho, no quiero cambiar en esencia, por supuesto que hay cosas que mejorar y muuuucho, pero cambiar en esencia lo que soy: no. Muchos dicen que soy muy inocente, que creo demasiado en la gente, pero aunque a veces eso me hiera, también me hace lo que soy.

Los treinta han traído otra cosa INCREIBLE. Nunca hubiera pensado que me iban a decir tanto GUAPA. Eso ha sido una sorpresa porque yo la verdad me veo bastante normalita, Por ello, me sorprende que mis amigas y hermanas inunden los comentarios de mis fotos diciéndome lo guapa que estoy. ¿Será que en verdad soy más guapa a los treinta?, si lo dicen ellas que son tan REGUAPAS, pues lo tendré que creer. JAJAJA. No sé si es por el amor que nos tenemos, pero yo las veo muuuyyy guapas y ellas a mí. Creo que sí hemos mejorado con los años, pero sobre todo es cierto que ya sabemos cuál es nuestro mejor ángulo, sabemos cómo colocarnos en una foto, cómo peinarnos, maquillarnos, lo que mejor nos sienta, etc., parte de esa sabiduría práctica que viene con la edad. No sé en realidad en qué consiste la belleza. Muchos pliegos de la Filosofía se han gastado ya a través de la historia de la cultura por este tema. Aunque sí estoy de acuerdo con algo de los griegos, el bien supremo, que es bello también, es la virtud. Mis amigas son BELLAS, HERMOSAS, porque lo son tanto por dentro, como por fuera. Han mejorado con los años no sólo en apariencia, sino en virtud. Han vivido tanto, experimentado tanto… Y todo eso lo comparten conmigo en interminables pláticas que nos hacen crecer como personas. No sé, como les decía antes, qué palabras usar para expresar lo grande que es la amistad a los treinta, la belleza a los treinta, SER MUJER A LOS TREINTA.

GRACIAS A MIS HERMANAS Y AMIGAS POR SER TAN GRANDES Y ESTAR EN MI VIDA.