domingo, 7 de marzo de 2010

TRES TRISTES TIGRES O LOS DEPREDADORES DE LA SELVA


En estos días, me leyeron una historia, que creo podría definir perfectamente  la vida amorosa de cualquier  mujer en sus treinta en este s XXI… o la metáfora caricaturizada de ésta.  No es éste, otro ejemplo más de ese tópico de la narración; “Los papeles encontrados”. No, no, no, lo escribió mi amiga Sofie

TRES TRISTES TIGRES, O LOS DEPREDADORES DE LA SELVA by Sofie.

“La frase es más que un trabalenguas infantil, es la metáfora de mi vida amorosa del año 2006. Se refiere a mi deambular por la selva en la que me encontré con los tres tristes  tigres:

El primer tigre, era un verdadero tigre. Un tigre hermoso, famoso e inteligente. Experto en artes amatorias y en ambientes artísticos. Este tigre me devoró, me volvió a devorar y finalmente me devolvió. Ya sé que es una metáfora un poco fuerte, pero eso fue lo que hizo realmente. La rabia y la frustración que dejó este depredador fueron totalmente nuevas para mí…como este tipo de tigres.

El segundo tigre, era uno de los tigres clásicos. Un tigre atractivo y con un trabajo absorbente. Esta clase de depredador  es bastante frecuente en nuestros días, me refiero a esta especie o subespecie  de tigres entre 30 y 40 años. Solteros y empeñados en ser ricos antes de los 45, van por  allí llevándose por delante todo lo que sea necesario, incluso su propia vida.

Esa era el problema de ese tigre, no tenía tiempo para mí, o esa era su excusa, estaba demasiado ocupado en “sus business”. Me gustaba un montón este felino,  tenía todo lo que yo quería en un tigre,  y no me refiero a los business, sino a otras virtudes y valores. Dejarlo o mejor dicho, nunca comenzar algo real con este tigre, fue algo duro y triste.

La herida que dejó abierta el segundo tigre, vino a sanarla (nunca del todo) un tigre totalmente nuevo: el tigre cibernético. Este nuevo depredador es hijo de nuestro tiempo acelerado y tecnológico. Pasé casi 3 meses frente a mi laptop interactuando con este felino, construyendo una relación totalmente virtual, pero que planeaba concretarse algún día. Pues bien ese día llegó, al tenerlo en frente, me di cuenta que era como lo había imaginado. Un solo detalle no planeado en nuestra historia virtual….el tigre ya tenía otra tigrita, real para más luces. Ese es el problema de la distancia espacial, temporal y virtual.

Vivir estas 3 experiencias en un lapso no mayor de 7 meses fue extenuante…aunque nadie podrá quitarme lo bailao definitivamente. Los llamo los tres tristes tigres por lo que representaron: la locura desenfrenada, la cobardía  y el desengaño.

Los tigres con sus zarpazos dejan cicatrices. Pero quiero pensar  que en la selva  existen tipos de especies menos agresivas, menos depredadoras, prefiero pensar eso, de lo contrario tendré que resignarme a la extinción.”

Lo dicho, cualquier parecido con la vida real, es mera coincidencia, digo con la mía, para eso Sofie tiene la suya

1 comentario:

Anónimo dijo...

Supongo que hay quien en la escala de la depredación decide subir a la punta, y quien decide bajar a la base con las ovejas a esperar al lobo. Como en todo, siempre hay un termino medio. Me imagino que entre el tigre, sea de papel o no, o el tiburón, habrá alguna suerte de predador pequeño y elegante, como la gineta... perdona, que me estoy colgando de la parra... Un saludo.