Definitivamente, hay muchas pero muchas cosas que el ser humano no controla. La primera de ellas: La Naturaleza, si no es así que se le digan a los pobres haitianos. Otra cosa que no puedes controlar lo que el otro piense de ti, eso es IMPOSIBLE. Quizás sea, esta última, una de las cosas más frustrantes, ya que el ser humano tiende por naturaleza a temerle a la crítica. Vamos a ser sinceros, lo normal es que no las aguantemos bien, porque si el otro es tu amigo, familiar, admirador o fan (para quien tenga de esos) pues lo que piense normalmente te caerá bastante bien, pero allí están también los que no piensan tan bien de nosotros, y normal porque como dice el dicho “no somos monedita de oro para caerle bien a todo el mundo” ni es sólo tu abuela la que habla de ti en esta vida.
Es natural que todos en la vida tengamos opiniones distintas, y que seamos distintos, básicamente en eso consiste La humanidad. De allí que lo que piense el otro de nosotros no sea siempre positivo, y sea justo o no, es una realidad que está allí, y no se puede controlar.
Hace unas semanas vino alguien a comentarme que habían visto en un mismo lugar a las dos personas que peor opinan de mí, bueno las dos personas que yo sé que lo hacen, porque aunque yo sea una persona a la que no le gustan los problemas con nadie, pues como ya dije…no somos moneditas de oro, pero estas dos personas ufff... La verdad en un principio fue un poco angustioso para mí imaginar la escena: persona uno se acerca a persona dos y le pregunta si sabe algo de persona tres (esa soy yo), lo que se desencadenó después de eso, madre mía, cualquier cosa, más allá de que yo me imaginara que el cielo se obscurecía sobre el local donde estaban y que gárgolas ciegas volaran sin parar sobre ellos…más allá de eso, la realidad de lo que pudieron hablar no sé hasta donde llegó y más porque una de ellas me conoce desde la infancia, con lo cual material para fastidiar tiene y de sobra. Las consecuencias comienzo a sentirlas o a leerlas ya.
Después de reflexionar un poco sobre ello y de las primeras angustias llegué a una conclusión; NO PUEDO CONTROLAR LO QUE ELLOS PIENSEN DE MI, LO QUE SÍ PUEDO CONTROLAR ES QUE ELLO ME AFECTE O NO. Así que hasta allí llegó el tormento.
2 comentarios:
buena conclusion, todo cae por su propio peso, ademas... si pones en una balanza la gente que te quiere, va a pesar mas que ese otro lado de personas que, para mi, tratan de disipar sus carencias de espiritu enlodando a terceros (y mucho peor cuando en una oportunidad juraban ser tus amigos)... on the other hand... echame el chisme jejejeje
Asi es, amiga! A quien no tiene nada bueno que decir, no vale la pena escuchar! Te mando un abrazo.
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