miércoles, 17 de febrero de 2010

MOVIE NIGHTS


Ahora que tengo mucho tiempo para pensar, leer, escribir y trasnocharme he podido ver más películas. No soy amante de ir al cine, pero me gusta ver pelis en casa. Me encanta sentarme en el sofá de mi salón, ponerme la manta encima y con una copita de vino o dos, meterme de lleno en una historia.

Estos días he visto 2 películas que me han encantado “Orgullo y Prejuicio (Pride and Prejudice)” y “Cadena Perpetua (The Shawshank Redemption)”. La primera es una de esas típicas películas que alimentan mi alma romántica o lo que queda de ella, la segunda un peliculón que deja un mensaje maravilloso. 

“Orgullo y Prejuicio”  la he visto varias veces…y la puedo ver mil veces más. Esta versión de Joe Wight (2005)  sobre la novela de Jane Austen me fascina.  A mucha gente no le gusta Jane Austen, les parece que sus obras son cursis y simples, yo no estoy de acuerdo. Creo que fue una mujer que se atrevió a plasmar sin muchos adornos la situación de la mujer a principios del s XIX y su encasillamiento social, además creo que en sus libros los personajes están muy bien construidos, pero claro eso no se ve en la película. 
 
Disfruté un montón verla otra vez…como siempre. Me encanta Keira Knightley como Lizzy  Bennet. Pero lo que más me agradó de la  ver la peli, en esta ocasión, fue comprobar que todavía me gusta. Después de unas cuantas experiencias amorosas desagradables me he sorprendido  siendo un poco cínica, cosa que se desbarató por completo al comenzar a ver las peripecias de Mr. Darcy por conseguir la aprobación de Lizzy.  

Como explicaba tan bien Aristóteles en su Poética al hablar de la Tragedia, lo que él llamaba “La Anagnórisis” se produce cuando en el transcurso de la peripecia se produce  un vuelco en la historia y todo se le revela y hace claro al protagonista. Amo el momento en el que Lizzy se da cuenta que su odiado Darcy es en verdad un ser tan noble o más que ella. 

“La Anagnórisis” debe conducir al final de la historia a “La Catarsis” (este sistema se puede aplicar perfectamente al cine también), es decir, a la identificación con la historia que permite purificar las emociones, a fin de que el espectador  termine la historia sintiéndose limpio y elevado. 

Debo decir que, en mi caso y  esta vez, “La Catarsis” se cumplió perfectamente ya que pude comprobar que sigo siendo esa misma alma cursi que se conmueve una y otra vez con la misma historia. Es un alivio sentir que after all, todavía creo en EL AMOR, así con todas sus letras y en mayúscula.  

Sólo una cosa echo de menos del tiempo de Jane Austen y las señoritas Bennet...la educación y las buenas maneras, que en estos días brillan por su ausencia. Más caballeros hacen falta, aunque creo que damas también.

“The Shawshank Redemption” de 1994, tiene como protagonistas a Tim Robbins y Morgan Freeman, con semejantes actores ya sabe uno que lo que va a observar va a ser de lo mejor que se pueda ver. “La Mímesis” con la realidad, otro concepto griego, aparece desde el primer momento en la historia. El ambiente de la cárcel  de Shawshank  con sus presos y guardias, es perfectamente creíble. 

Las peripecias de dos presos, Andy (Robbins) y Red (Freeman), el primero inocente de lo que se le acusaba, el segundo culpable, nos muestran una historia llena de una realidad cruda y brutal, como imaginamos debe ser la vida dentro de una cárcel. En ella los personajes pasan 20, 30 y hasta 50 años dentro de las mismas paredes, tanto que al salir de ellas no pueden adaptarse al mundo que han dejado atrás el día que ingresaron a esos muros.

“La Anagnórisis” de la historia llega cuando, después de innumerables injusticias y sufrimientos, Andy se fuga sorpresivamente de Shawshank demostrándoles a Red lo que muchas veces le había dicho con palabras, que nunca hay que perder la esperanza. La película es genial, nada extremadamente dramático. Parece mentira que detrás de un tema tan crudo, se esconda un mensaje tan directo y esperanzador. 

En fin, recomiendo ver las 2 películas, tan diferentes en sus contenidos y formas, pero  tan contundentes en sus mensajes. Para mí  “La Catarsis” ha sido liberadora como explicaba Aristóteles. CREO y TENGO ESPERANZA, más allá de eso como decía otro griego “SÓLO SÉ QUE NO SÉ NADA”.

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