lunes, 24 de septiembre de 2012

ESOS MOMENTOS MADRILEÑOS Y EL MUSEO SOROLLA.

Madrid es una ciudad que siempre tiene un momento diferente y feliz para darte. Yo tengo ya casi 7 años aquí y nunca deja de sorprenderme. Tuve uno de esos momentos justo la semana pasada.

El miércoles en mi hora de comer, quedé para verme y tomar algo con una amiga en El jardín del Museo Sorolla, como las dos trabajamos cerca, quedamos allí ya que el jardín es muy bonito y se puede hablar tranquilamente. Mi amiga y yo coincidimos sólo media hora, así que luego me quedé en el jardín para leer un rato, pero viendo el entorno y lo bonito de la casa decidí entrar.


El Jardín es precioso, el marco perfecto para la casa del pintor, tanto interior como exterior todo fue diseñado por él. La casa que fue la residencia familiar consiste en casa y taller. Definitivamente, la CASA- MUSEO tiene un encanto especial, son mucho más que un museo donde sólo se exponen obras. La Casa Museo cuenta una historia. En este caso además la historia es preciosa, no es sólo la de un pintor y su obra, es también una historia de amor.




Joaquín Sorolla estuvo casado durante toda su vida con Cleotilde Garcia. Tuvieron 3 hijos y una historia de amor para pintar…y eso hizo Sorolla. Su modelo preferida era Cleotilde, y eso se ve en toda su obra y en su casa también. Ella se desvivía por acompañarlo y él moría por su compañía. Los numerosos cuadros de Cleotilde en el Museo son evidencia de la devoción del pintor a su esposa y de ese momento tan romántico del s.XIX con sus ropajes tan femeninos y vaporosos.


 
Como la devoción era mutua, Cleotilde dedicó los últimos años de vida, después de la muerte del pintor, a organizar que la obra de sus esposo y su casa se convirtieran en el Museo que es hoy. El cuidado en organizar una fundación, el legado y las relaciones con el Estado para llevar a cabo su cometido finalmente quedaron en manos del hijo de Sorolla, quien fue el primer director del Museo Sorolla…la casa donde había crecido.
















Cuenta la tradición familiar que el rosal amarillo que había en la entrada de la casa, el cual plantó y pintó Sorolla, enfermó el día que Sorolla murió y finalmente murió cuando Cleotilde también murió, seis años después que el pintor. Una bonita historia de amor con un final de cuento….y de Casa Museo.


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