lunes, 27 de mayo de 2013

ALLÍ DONDE EL ALMA DUELE, PUES ALLÍ

Hoy recordé esto que escribí hace mucho al oir la historia de una amiga, ojalá mis reflexiones cursis te hagan sentir mejor, querida.

Hay pocas cosas en la vida que duelen en el alma....gracias a Dios. La familia te duele en el alma, el amor te duele en el alma,  pero sólo  el verdadero, la traición de un ser querido también duele en el alma.

Imagino que todos lo sienten...o no. No sé si todos los seres humanos se permiten que les duela algo tan intangible. Dicen que al morir el cuerpo pierde automáticamente  21 gramos. Hoy,  a mí me duelen los 21 gramos  enteritos y dónde, pues allí donde vive el alma. En mi caso, entre el pecho y el estómago. Es increíble que algo inmaterial pueda doler tanto, tanto que te deje sin respiración, exhausta...apaleada. Y no tiene que ver con el llanto o la histeria, el alma duele callada.

No he dado a luz, y sólo se me ha roto un hueso, pero de todos los dolores que he llegado a sentir en la vida éste es el peor sin duda alguna. Será verdad eso que dicen que hay gente sin alma, si es así deben ser muy infelices, pero debo admitir que les tendría un poco de envidia, si nunca en su vida sienten este dolor.

En días como hoy, cuando me duele el alma, quiero recordar que algo que te duele tanto, también te alegra con la misma intensidad. Y entonces sé que el lugar del cuerpo donde habita la fe es en el alma.

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