Parece una obsesión de la especie humana el darle nombre a todo, a las cosas, a las situaciones, a los sentimientos… Y no es que no me parezca justo y necesario, pero a veces hay cosas que no se pueden definir, nombrar, describir o narrar. Sin las palabras y los conceptos, una comunicación efectiva no sería posible, pero no hay que pasarse y encasillar todo.
Tampoco es que quiera yo olvidar mi raíz letrosa y desatender aquello que me enseñaron en segundo año de la universidad, ¡Dios y Cervantes me libren!. Recuerdo que en aquella asignatura divertidiiiiiiiisima que era “Historia de la Lingüística I”, me enseñaron que el Signo lingüístico, tal y como lo concibió Saussure, era la unión del significante (imagen acústica) y el significado (el concepto).- Inciso: ¡Papá, mamá, esos reales no se perdieron miren como me acuerdo de algo que me enseñaron hace 16 años! Upsss ¿ya pasó tanto tiempo?-.
A pesar de lo que diga Saussure y el resto de los lingüistas y de lo que aprendí en la universidad, la vida cada vez me matiza más las cosas o me enseña otras. Mientras más tiempo paso en este mundo, me doy cuenta de que hay muchas circunstancias y sentimientos que escapan de lo definido en sus conceptos.
La sociedad te impone ideas de lo que significan en mayúscula : “EL ÉXITO”, “LA FAMILIA”, “EL AMOR”, “EL TRABAJO”, “LA PAREJA”, “EL MATRIMONIO”, “LA AMISTAD”, etc, etc, etc. En cuanto sales del colegio, o terminas tu formación profesional, o en cuanto vas madurando, te encuentras muchas veces con que estos conceptos, implican unos parámetros que en distintos momentos de tu existencia, o de la propia historia de la humanidad no cuadran.
Por ejemplo, los conceptos del “ÉXITO” o “EL TRABAJO”, en estos momentos de crisis donde hay que agarrarse a lo que hay o cuando tantos negocios, empresas y hasta países han quebrado ¿tienen un concepto estándar estos términos?. Entonces hay quien creerá que se le escapó “EL ÉXITO” o aquél que será muy infeliz porque no tiene “EL TRABAJO”.
Otra cosa que creo le pasa a todo el mundo tiene que ver con los sentimientos, con las relaciones interpersonales. “LA AMISTAD” por ejemplo. Es obvio que ese concepto cambia según vas creciendo, y no porque no signifique que su ideal tiene que ser algo distinto de lo significativo y duradero, sino porque la gente crece, evoluciona y sus conceptos de relacionarse también. En mi caso debo admitir que me da cierta frustración tener un concepto de amistad que implica unos parámetros muy altos de lealtad, apoyo y cariño. A lo mejor si los relajo, no me llevaría algunas decepciones.
Sin embargo, el concepto que en la mediana edad te cuestionas más es el del “EL AMOR” y el resto de los conceptos que lo circundan es decir “La PAREJA”, “EL MATRIMONIO” y “EL FELICES PARA SIEMPRE”. Desde mi perspectiva, la vida se encarga de enseñarte que esos conceptos, son precisamente conceptos, pero que en la praxis, no pueden encajonarse dentro de unos límites, pues allí comienza el no entender y la frustración que se convierte en infelicidad.
Las personas somos todas distintas, por eso no podemos sentir y actuar según unos conceptos iguales para todos. Es verdad que tiene que haber unos límites porque sino el desmadre y “el todo vale” serían un desastre, pero repito con los sentimientos, los conceptos no pueden estar encasillados. Muchas veces la forma de amar y relacionarse no tiene porque parecerse a la de nadie. Es el individuo quien decide como amar, y junto con otro individuo decide como ser “UNA PAREJA”.
“UN NOVIO-A” no tiene que ser algo igual y estándar para todo el mundo. Lo que funcionó como un novio-a en el s XIX es muy diferente a lo que es hoy en día, si es diferente ya de lo que funcionó para tus padres…
Yo no sé qué será lo mejor o no, lo estoy averiguando en ese proceso de aprendizaje que se llama Vida, pero lo que sí tengo claro es que los sentimientos y las circunstancias no pueden encasillarse en conceptos preestablecidos por una sociedad y que funcionen igual para todos. La vida tiene que ser algo más rico…creo yo.
5 comentarios:
Los recuerdos son mentiras...
Y parece que la gente no sabe lo que es el amor o amar o no le importa.
totalmente de acuerdo... los conceptos/etiquetas solo sirven para hacer juicios rápidos, y no desvelan particularidades... y yo (cada uno)soy muuuy particular.
cada uno pone el nombre es cierto...y no hay que poner etiquetas pero si saber a que nos estamos refiriendo porque si yo toco la guitarra y tu lavas los platos no estamos cantando la misma cancion...
No intentes justificar lo desdeñable.
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